Por fin he podido verla y como siempre digo, esta entrada
contiene SPOILERS.
Tenía mucho hype con esta película. Desde que salió el
primer teaser con el muñecote hinchable intentando coger la pelota, ya me
habían robado el corazón. Aunque me siguen gustando las pelis de princesas de
Disney, me gusta aun más que se salgan del tiesto. Por eso me fascinó Romperalph
y esperaba lo mismo de Big Hero 6.
La peli tiene muchas cosas muy buenas. Geniales. Pero
lamentablemente flojea un poco en el guión.
Empecemos entonces por lo bueno.
San Fransokio es una maldita maravilla. Las casas con
referencias orientales sobre el relieve y la atmósfera absolutamente
reconocible de San Francisco coordinan perfectamente. Por no hablar de las
calles llenas de cerezos o los edificios modernos como la Universidad. Yo me
mudaba a San Fransokio mañana mismo.
Los personajes, siendo un poco típicos en sus
personalidades, son muy originales en su diseño, dejando atrás las historias
con casi todos los personajes con el mismo tipo de cara. Ciertamente es una
lástima que Tadashi salga de escena, porque es el más carismático del
“reparto”.
La música recuerda a Romperalph y está muy bien puesta,
aunque quizá no es tan pegadiza como aquella.
Pero la joya de la corona es Baymax sin lugar a dudas. La
idea es sencillamente genial. Su aspecto, su software y cada una de sus gracias
(paraparapara…). Yo quiero un Baymax en casa.
Como decía al principio, la pena de todo, es que el guión no
es tan redondo como podía esperarse. Llegados al climax de la historia, la
parte de los superhéroes resulta larga y predecible con la honrosa excepción
del final al sacrificarse Baymax por Hiro en un giro dramático de los
acontecimientos (recurso muy explotado por Disney últimamente).
Pero en general la película se disfruta mucho. Tiene mucho
humor y es muy tierna. Y os la recomiendo para pasar un rato entretenido con palomitas,
gusanitos o vuestro piscolabis favorito.
1 comentario:
A mí sólo me gustó la primera parte, ya cuando empiezan con el rollo superhéroes me aburrió bastante, no me va mucho...
Eso sí, el bicho muy monoso y gracioso.
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