jueves, 19 de febrero de 2015

Crítica: Begin Again

Acabo de ver Begin Again y aun con la lagrimita en el ojo necesito recomendarla.

Si os gusta la música, y no me refiero a gustar de sí, oigo los 40 principales o soy fan de Pablo Alborán (aunque en ese caso te compadezco). Me refiero a amar la música, a ver belleza en una multitud cantando a coro, a que se te salten las lágrimas con música en directo. Si amas así la música y además no comprendes el negocio actual alrededor de este arte, entonces tienes que ver Begin Again.

Empieza floja pero solo hasta el instante en que el Dan, el productor despedido y desgraciado de la vida, escucha e imagina los arreglos de la canción (y actuación) más bien sosa de Greta. En ese momento empieza una historia de amor y no en torno a los protagonistas (aunque su química es increíble) sino por la música.

Me encantan las grandes producciones musicales: que canten por la calle, escenarios costeados, cuerpo de baile sincronizado y subidón al más estilo Brodway. Por eso me ha sorprendido tanto hasta que punto ha llegado a emocionarme esta película ya que prescinde de todos esos artificios artísticos hasta reducir la música a su pura esencia.

Fresca, elegante, encantadora, divertida y emocionante.

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